miércoles, 4 de agosto de 2010

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lunes, 3 de marzo de 2008

el divorcio y la mujer

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CUANDO LA MUJER SE ENFRENTA AL DIVORCIO rapido

Por: Lic. Soraya Canales

Sin duda, en todas las iglesias existen mujeres con distintos problemas familiares. Es triste, pero real, encontrar mujeres enfrentando sus problemas con muchas tensiones y a la vez desilusionadas con Dios. Muchas piensan que en Dios los problemas se acabarán, pero la verdad es otra, la vida continúa y sus problemas también. La Biblia muestra a mujeres que son ejemplo para el creyente, pero que a la vez, más de alguna de ellas sufrió por algún problema.
El interés de este artículo es presentar la posibilidad o la alternativa del divorcio en el creyente. ¿Puede la mujer creyente pensar en el divorcio? ¿Qué dice la Biblia con respecto a este tema? ¿En qué casos se puede optar por un divorcio? Cuando se habla de divorcio, viene a la mente de las personas una inmensidad de problemas con los cuales se relaciona este tema. Mujeres maltratadas, engañadas, hijos abusados, maltrato psicológico, etc. Antes de comenzar, es preciso plantear el problema. A continuación se presentará un esbozo acerca del tema para su mejor comprensión.
Es importante mencionar que existen muchos casos en los cuales se puede pensar en la opción del divorcio. El objetivo no es presentar o dar a conocer circunstancias en las que hay que reflexionar para tomar esta decisión. Simplemente se quiere presentar lo que dice la Biblia acerca de este tema y si la mujer tiene opciones para tomar la decisión del divorcio. Cuando se habla del divorcio, se estará suponiendo que hay una relación matrimonial de más de un año de casados y que la mujer es creyente, es decir, que puede ser el caso de que el esposo sea o no creyente.
El 95% de las mujeres latinas tienen algo en común, es decir, que muchas mujeres ven un comportamiento considerado “normal” en el hombre. Para algunas, existe el hombre infiel, abusador, aquellos que maltratan a su mujer física y psicológicamente, los machistas, etc., este tipo de hombres siempre serán considerados “normales” para estas mujeres, ya que la sociedad y los medios de comunicación influyen para que se acepten estos malos conceptos. Es por eso, que algunas de ellas continúan en relaciones que afectan su vida de maneras muy particulares.
Con todo, hay quienes creen que existen varios factores por los cuales la mujer soporta tantos “malos ratos”. Entre algunos de estos factores se encuentran: el factor económico, afectivo, de género, de educación y hasta cultural. Cada uno de ellos podría explicar más de alguna razón por la cual la mujer no ha llegado a considerar un posible divorcio en su vida.
La Biblia habla sobre este tema, y también enseña del amor y el perdón. Para Dios lo ideal siempre será mantener una relación matrimonial basada en amor y perdón y que sea para toda la vida. Pero la Biblia también dice que Dios es amor y que ese amor fue hecho para cada uno de sus hijos. También la Biblia presenta a la mujer como un vaso frágil ante el hombre y como tal debe ser tratada. Como creyente, la mujer vale mucho más de lo que pudiera imaginarse delante de Dios. La mujer fue creada a imagen de Dios al igual que el hombre y como tal tiene derecho a ser una persona digna de ser hija de Dios.
Marcos 10: 11-12 dice lo siguiente: “les dijo: Cualquiera que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra ella; y si la mujer repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio”. Según algunos historiadores, para los romanos estas palabras podían tener gran significado, pues de acuerdo con las leyes romanas la mujer podía pedir el divorcio. Sin embargo, para los judíos, tal acción no era permitida. Por otro lado, Mateo 5:32 dice lo siguiente: “Pero yo os digo que todo el que repudia a su mujer, a no ser por causa de infidelidad, la hace cometer adulterio; y cualquiera que se casa con una mujer repudiada, comete adulterio”. En primer lugar, está claro que este pasaje no contradice al anterior, más bien Mateo aporta con sus palabras al pasaje de Marcos. Se cree que existían dos corrientes con respecto a este pasaje. Algunos pensaban que el hombre podía divorciarse de su mujer por cualquier razón. El otro grupo de personas, sostenía que solamente podía darse el divorcio por una ofensa grave. Para otros, parece que Dios permite el divorcio y puede contraer nupcias nuevamente sin cometer adulterio.
Lo más indicado delante de los ojos de Dios es el amor y el perdón dentro de la relación matrimonial. Sin embargo, si la mujer sufre algún tipo de maltrato físico, psicológico, abuso o que posiblemente su vida y la de su familia corre peligro, la mujer puede tener la opción de pensar en el divorcio e incluso llegar a realizarlo. Dios comprende cualquier situación humana, pues el hombre y la mujer son creación suya. Por lo tanto, Dios permite repudiar todo tipo de situación que sea desagradable ante él y que ofenda a su pueblo, y principalmente que rebaje la dignidad de una de las creaciones más frágiles, la mujer. Esto pues, considerado un orden de prioridades, ya que la ley en sí cuando se observan situaciones como estas, no se puede optar por pensar en blanco y negro. No es tampoco una ética de situación. Alvin Thompson comenta: “Hay mandamientos, reglas o comportamientos que es claro que siempre es pecado y no hay espacio para decir que son aceptables. Pero, al mismo tiempo hay los que, para prioridades más altas son aceptables”.
Es importante tener siempre en cuenta que ante cualquier circunstancia Dios quiere que todos y cada uno sea transformado por medio de su poder y que el creyente viva en amor y perdón, conservando el matrimonio para toda la vida hasta que él mismo decida separarlos.

ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda

¿Conoces a alguien cuyos padres estén divorciados? ¿Tus padres están divorciados? Existe la posibilidad de que contestes afirmativamente a una -o quizás a ambas- de estas preguntas. ¡Y no eres el único!




Sigue leyendo para saber qué es el divorcio y lo que puedes hacer para ayudar a tu familia, tus amigos o a ti mismo cuando alguien se divorcia.

¿Qué es el divorcio?

cuando los integrantes de la pareja deciden que ya no pueden continuar viviendo juntos y no quieren seguir estando casados. Acuerdan firmar ciertos papeles con validez legal que les permiten volver a ser solteros y casarse con otras personas si lo desean.

Aunque esto puede parecer sencillo, no resulta fácil para una pareja decidir ponerle fin a su matrimonio. A menudo, antes de decidir divorciarse, se toman un largo tiempo para intentar resolver los problemas que existen. Sin embargo, en ocasiones, no pueden resolver esos problemas y deciden que el divorcio es la mejor solución.

En ciertos casos, ambos padres; en otros, sólo uno lo desea. Por lo general, ambos se sienten desilusionados porque su matrimonio no duró para siempre, incluso cuando uno de ellos desee divorciarse más que el otro.

Muchos niños no desean que sus padres se divorcien. Algunos niños tienen sentimientos encontrados acerca del tema, en especial cuando saben que sus padres no eran felices juntos. Algunos niños pueden llegar incluso a sentirse aliviados cuando sus padres se divorcian, en especial si ellos se peleabanmucho cuando estaban casados.

Es muy im ante que los niños sepan que el hecho de que sus padres se hayan divorciado no significa que se han divorciado de sus hijos. Algunos niños piensan que, si sus padres se están divorciando, tanto su papá como su mamá también querrán abandonarlos a ellos.

Si bien es cierto que un niño cuyos padres se han divorciado suele vivir con uno de ellos la mayor parte del tiempo, el que no vive con él sigue siendo su mamá o su papá para siempre. Eso nunca cambiará.

¡Los niños no son los causantes del divorcio!

Existen muchos motivos por los cuales la gente se divorcia. Tal vez, la relación se haya enfriado. Quizás el amor mutuo que alguna vez ambos sintieron haya cambiado. Tal vez, se pelean y no pueden ponerse de acuerdo acerca de nada. Cada pareja tiene sus propios motivos para divorciarse. Más allá de cuáles sean las razones, hay algo que es indudable: ¡Los niños no son los causantes del divorcio!

Sin embargo, muchos hijos de padres divorcio creen que ellos son los responsables de que su papá y su mamá se hayan divorciado. Piensan que, si se hubieran portado mejor, hubieran obtenido mejores calificaciones o hubieran ayudado más en las tareas de la casa, sus padres no se habrían divorciado. Pero esto no es verdad. ¡divorcio es algo que deciden las mamás y los papás!

El hecho de que alguna vez hayas escuchado a tus padres discutir acerca de ti o de que tu vecino crea que sus padres se divorciaron porque él tuvo problemas en la escuela no es motivo para que un matrimonio decida divorciarse. Quizá sientas que eres el culpable de que tus padres se hayan divorciado, pero no eres el causante. Y el hecho de que tus padres decidan ponerle fin a su matrimonio no es tu culpa.

¡Los niños no pueden evitar el divorcio!

Así como los niños no son culpables del divorcio, tampoco pueden hacer que sus padres vuelvan a estar juntos. En la mayoría de los casos, los padres no se reconcilian, aunque muchos niños lo deseen e incluso intenten hacer cosas destinadas a lograrlo. Es posible que, si te comportas como un ángel todo el tiempo (¿quién puede hacerlo?) y obtienes las mejores calificaciones en la escuela (algo también muy difícil de lograr), tus padres estén contentos contigo, pero eso no significa que vuelvan a estar juntos.

Lo opuesto también es verdad. El hecho de que te metas en problemas para que tu mamá y tu papá tengan que reunirse a conversar acerca de ese tema tampoco logrará la reconciliación. Por lo tanto, solo sé tú mismo y trata de conversar con tus padres acerca de tus sentimientos.

¡Siento que mi mundo se ha derrumbado!

Si tus padres se están divorciando o estás ayudando a un amigo que se encuentra en esa situación, hay algunas cosas importantes que debes recordar acerca de los sentimientos. En primer lugar, es normal que experimentes una gran cantidad de sentimientos diferentes, como enojo, miedo y trizteza

En segundo lugar, aunque te parezca que tu mundo se ha derrumbado, con el tiempo todo volverá a estar bien. Tu vida quizás haya sufrido algunos pequeños cambios, pero todo volverá a recomponerse... tal vez, antes de lo que tú crees.

Mientras tanto, existen maneras de manejar los sentimientos que estás experimentando. Si estás muy enojado, puedes darle puñetazos a la almohada, patear cajas vacías, pegarle a la pelota de béisbol o correr a toda velocidad durante todo el tiempo que resistas. Pero nunca debes descargar tus sentimientos en otra persona.

También puede resultar útil contarle a alguien cómo te sientes. Si estás realmente enojado, debes expresarlo. Hablar de lo que sientes es mucho mejor que guardarte los sentimientos o mostrarte gruñón e irritable.

En ocasiones, el solo hecho de hablar con alguien representa un gran alivio. Sólo intenta decir lo siguiente: "¡Estoy tan enojado (o triste o preocupado) por el divorcio de mis padres! ¡Me afecta muchísimo!". Te sentirás aún mejor si la persona que te está escuchando te responde, por ejemplo, de la siguiente manera: "Es lógico que te sientas así. Entiendo perfectamente lo que te sucede". En ocasiones, es suficiente con ese breve diálogo.

Algunas veces, esto es sólo el comienzo de todas las conversaciones que mantendrás. Habla con uno de tus padres. Si eso te incomoda, busca a alguien con quien te guste conversar; tal vez, tu hermano o tu hermana, un maestro, un consejero escolar un vecino o uno de tus abuelos. Es difícil expresar lo que uno siente, pero resulta de gran ayuda.

Si tienes un amigo cuyos padres se están divorciando, intenta escucharlo con atención cuando él quiera hablar contigo. El divorcio nunca es fácil.

En ocasiones, los sentimientos que experimentan los niños respecto del divorcio de sus padres son tan fuertes que les cuesta concentrarse en otra cosa. Cuando los niños están muy tristes, enojados o preocupados, es probable que no presten atención en clase, que no se concentren en sus tareas o que ni siquiera puedan recordar algo que acaban de leer. Si esto sucede, es fundamental buscar ayuda.

Es probable que los niños se sientan mucho mejor después de conversar con un terapeuta, un consejero o un asistente social. Estos adultos están capacitados para conversar con las personas acerca de sus problemas y para ayudarlas cuando experimentan sentimientos demasiado intensos. También existen grupos de apoyo en escuelas y otros lugares de la comunidad, donde los niños pueden conocer a otros niños cuyos padres se han divorciado o están divorciándose y hablar de cómo los afecta la situación que están viviendo. Además, existe una gran cantidad de libros acerca del divorcio especialmente escritos para niños.

La vida después del divorcio

Por lo general, cuando los padres se divorcian, uno de ellos se va de la casa y vive en otro lugar. Algunos niños pasan cierto tiempo viviendo con uno de sus padres y cierto tiempo viviendo con el otro. Otros niños viven la mayor parte del tiempo con uno de los padres y visitan al otro. Si éste es tu caso, al principio puede parecerte extraño visitar a tu propio padre, pero quizás empieces a disfrutar pasar algún tiempo fuera de la casa donde vives todos los días. Y puede hacerte sentir bien saber que tienes dos hogares donde alguien te ama.

Si vives la mayor parte del tiempo con uno de tus padres, el otro quizá viva cerca o lejos. La frecuencia con la que lo visites podría depender, en parte, de dónde viva cada uno. Algunos niños cuyos padres se divorcian deben mudarse a una nueva casa o un nuevo vecindario, y eso también puede resultar difícil. A menudo (más allá del gran cambio que implica el divorcio), la mayoría de las otras cuestiones -la escuela, los amigos y el vecindario- no se modificarán.

Cuándo decir lo que se piensa

En ocasiones, los problemas aparecen cuando los niños visitan a uno de sus padres y luego vuelven con el otro a la casa donde viven. Por ejemplo, uno de los padres quizás haga muchas preguntas acerca de lo que el otro está haciendo. En ocasiones, alguno de los padres quiere que el niño sea un mensajero entre una casa y la otra. Los niños suelen sentirse incómodos cuando esto sucede. Desearían que sus padres hablaran entre sí para preguntarse lo que quieren saber.

Los niños no desean sentirse en el medio. Si alguna situación de este tipo te sucede, habla con tus padres y diles cómo te hace sentir.

El futuro

¿No te gustaría saber lo que te depara el futuro? Para un niño cuyos padres se han divorciado, el futuro puede significar la posibilidad de tener familias postizas. No esperes que todo se desarrolle siempre armoniosamente.

Puede resultar muy difícil afrontar el divorcio, pero intenta recordar que a muchos niños les sucede lo mismo que a ti y, por lo general, todo y todos vuelven a la normalidad. De hecho, aunque te parezca que todo está mal en este momento, te sorprenderías de todas las cosas buenas que te depara el futuro.

Fuente kidshealth

Quick divorce

viernes 21 de diciembre de 2007

Divorcio



La primera sensación después del divorcio es quizás la desorientación. Esto genera angustia y un poco de temor. Pero por mucha tristeza que alberguemos, sabemos que si algo terminó es porque no funcionaba y poner fin a una relación "no sana" siempre es para bien. A veces, es la mujer quien toma la decisión y a veces es el hombre. Cuando una persona decide divorciarse necesita valor para comunicarlo, y también siente dolor, tristeza y culpabilidad. El que está del otro lado y recibe esa noticia, normalmente no está muy conforme o muy de acuerdo con ella. Una mujer que se acaba de divorciar, debe sentarse a recapacitar un poco acerca de cómo reorganizará su tiempo y en definitiva, su vida. Tampoco debe dejar de tener en cuenta que si hay hijos de por medio, deberá intentar junto al padre, que éstos sufran la ruptura lo menos posible. Una separación, ya sea de mutuo acuerdo o no, genera siempre un "duelo" que deben elaborar los miembros de una familia. Todos pierden algo, pero también ganan en otros aspectos.

¿Qué se pierde?
Se pierde la estabilidad despues del, la unidad familiar, la contención y también puede haber pérdidas materiales como la casa que habitaba la pareja o la familia. Además, la posición social también cambia. La mujer pasa de ser "casada" (sinónimo de respetable en algunas culturas extremadamente conservadoras y rígidas) a ser la mujer "divorciada" (lo que puede tener una "mala" connotación en ese tipo de sociedades moralistas o bien indicar "independencia y madurez" en culturas más modernas y realistas).

No obstante, la vida en pareja es más amena y compartir juntos, así como proyectar de a dos, resulta en la mayoría de los casos, más placentero y beneficioso. Después del divorcio la mujer debe necesariamente reorganizar su vida. Si no trabajaba, debe hacerlo y si lo hacía debe aumentar la carga de responsabilidades dado que ya no compartirá las finanzas y economía del hogar con su ex-pareja. En cuanto al tiempo libre, es normal que una persona que acaba de divorciarse se sienta "perdida". Muchas personas, en pos de no aceptar que están solas y les sobra tiempo que antes compartían con su pareja, se aturden programando salidas constantemente. Es importante que cada uno aprenda a estar a solas consigo mismo. También es igualmente importante no caer en depresiones ni volverse hermitaño.

Todo en su justa medida: tiempo para reencontrase con uno mismo despues de un divorcio y tiempo para reencontrarse con amistades. A menudo, las mujeres encuentran que sus amigas están viviendo otra etapa: como la que ella misma vivía hasta antes del divorcio. Sus amigas tienen marido e hijos que atender, mientras que la mujer divorciada, si bien tiene mayores responsabilidades y/o necesidades económicas, también tiene más tiempo libre para disfrutar sin compromisos. http://www.wdalaw.com/espanol/divorcios/divorcio-rapido.php

Volver a formar pareja después del divorcio no es fácil, pero tampoco imposible. Sólo hay que darse tiempo. Aprender de aquellos puntos en los que hemos fallado para no repetirlos. Aún cuando la vida se trata de un eterno aprendizaje y nadie nace maduro ni sabelotodo, es fundamental tener la mente abierta y ser flexible. Una mujer debe comprenderse a sí misma y tener claro qué espera de su pareja. Qué está dispuesta a dar, en qué va a transigir, y qué cosas no está dispuesta a ceder o negociar. La clave es tomarse TIEMPO (todo el que sea necesario) para conocer a su nuevo compañero. Nadie las apura, no hay por qué correr a los brazos del primero que pasa y hay que poner especial cuidado cuando una relación se afianza y se decide presentar a sus hijos su nueva pareja.

Fuente la vision